sábado, junio 15

No sé qué esperar...

Y así decidí tener un poco de tiempo para mi... Y poco a poco estoy retomando buenas rutinas, dejando malos hábitos. Pensando novedades en mi vida, pintar, fotografiar... cosas en las que me quedaré embobado, cosas de las cuales aprender...

Me sirvo otra taza de café... y sigo arreglando el mundo.

Una tarde de puerto

Reencuentros efectivos de una imaginación muy grande. Tardes de puerto frío y ventoso. En espera de un buen tarro de cerveza, una taza de té o un café con leche. Reencuentros que nunca se dieron, personas que se volvieron anónimas por culpa del tiempo, por culpa de perder confianza, desemejar la amistad que tenían.

Lo cierto es es no eran el uno para el otro, uno dulce sabor de pitahaya y el otro no se supo. Se decían palabras de amor pues ambos querían ser amados pero a la vez ambos querían mantenerse solos.

Es más sencillo culpar al otro o culparse a uno mismo. Era más sencillo hablar con otras palabras, pero así de herido salí al descubrir la verdad. Que aquel a quien yo asediaba, era pretendido por muchas miradas. Y qué es de mi, de mi mente idiota, mejor que el tiempo haga lo suyo. De un desierto de sueños quedó un amor seco.

Y nos vamos ahora en puerto; y si nos vemos somos sólo dos desconocidos. ¿O es lo que yo pienso? Ahora quiero otro café... que me quedo solo y con frio.

sábado, junio 8

Aquel de los ojos tristes (según) ...

Una noche tranquila... metiéndome en rutina de calores nocturnos le pregunté al universo sobre mi sino. Y llega un caminante por la playa, por el camino que da al faro Norte, el último-primero de estas tierras. Yo tumbado en mi campamento, en  mi rutina en mi mundo en mis planes de cruzar mares y montañas.

Y me quedé embobado con su sonrisa, con su mirar y con su alma...

En un respiro...

Vuelta y vuelta da mi vida, recorre caminos de lodo y rama. Envuelta en viento frío de la mar, busca nuevo sino en veredas nuevas. Un gran salto he dado, y en el camino he dañado. No se trata de olvidar, se trata de renovar. He sangrado y he perdido brillo.

Sabía que estaba cambiando, pero no tan dramáticamente... sólo espero me llegue el perdón. El tiempo nos dará razones (por qué en verdad después me gustaría explicarle las circunstancias que me llevaron a esto). Y  en un cardón me quedo colgado... testigo del tiempo y sol; viejo como el cerro.

De rayos de sol me vitoy andando que la tarde es larga y la hambre es mucha...