
De un mundo impersonal, nace algo extraño. Me agrada conversar contigo, si me descuido puedo charlar horas y la luz del día me puede anunciar que eres importante para mí y así sabras que algo puede ser...
Volar ya no es un sueño, es una posibilidad. Recuerdo aquellas tierras, donde las mañanas eran rosas, donde podría colorear recostado sobre las nubes y donde yo era una ilusión… aunque todavía no soy algo palpable, estoy en miras de eso.
Sigo recogiendo caracoles pero ahora no les cuento secretos, les cuento mis planes. Quiero compartir contigo mi ilusión por la vida, el tomar lo mejor de las cosas… el recordar con una sonrisa en la cara y dejar que el viento se lleve lo dañino.
Con pequeños destellos color tierra voy construyendo una mirada, una sonrisa y una ilusión… verte me apaga y prende a la vez, ¿qué será? Quiero sentarme a tu lado, cobijarme con tu mirada y juntos tomarnos un café con galletas de algarrobo. Una simple y desesperada visión de lo cotidiano que puede ser la mandarina soñadora.