De verdad pensaba que era verdadero,
que los árboles alados lo entenderían,
el estúpido y frio amor duradero,
pintarse de colores es lo que deberían.
Eso pensaba, bueno pienso. Una idea tonta que me metí en la cabeza, imaginando gatos morados. Debo aceptar que me encantas, que tengo ganas de gastarme las ganas. Las plantas crecen, es verdad pero yo sigo sembrado en tu huerto esperando a que me recolectes, haber si no se te pasa la temporada. Solicito tu atención, te quiero pero a la vez me da tanto miedo, miedos tontos creados por lo que cantan las almejas. Esas habladoras dicen que no estoy listo, que un compromiso es demasiado, que no puedo corresponder de la misma manera.Imagínate, tu que lees esto, te conviertes en mi consejero, inusualmente es un ejercicio mental para sacar lo que me incomoda, me falta mi musa, me falta amar, me falta creer en que puedo amar. Simplemente me falta creérmela para hacerte creer que te amo.Pero, ya ni sé lo que pienso la verdad es que lo que siento es confuso, de hecho ni se si me correspondes, sólo es una fantasía creada por mi loca existencia.
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