miércoles, febrero 13

Y así se conocieron...


Un dia normal en aquel local de comida italiana, cada uno sentados en mesas distantes. Ambos esperando a que llegaran sus respectivos alimentos para satisfacer sus ganas... sopa por un lado y carne del otro. Ambos testigos de un lugar de sueños italianos: sillas y mesas de madera, un mantelito de cuadros blanco y rojo a la luz de vela.

Sus miradas se cruzaron cuando a la sopa le hizo falta sal y a la carne pimienta... ambas en lugares opuestos y esperando una llamada de atención.Cuado se vieron perplejos quedaron durante unos segundo, sellado el pacto con un "¿me pasas el salero?" y un "¿me pasas la pimienta?".

Ambos. aunque en mesas contrarias se acomodan para quedar frente a frente, coquetenado con miradas y sonrisas mientras desaparecía aquel local en la eternidad cotidiana. Se analizaban con la luz de las velas, cada uno observaba del otro su forma y color.

A la mitad del plato el hambre es ahuyentada para dejar paso a un vino tinto y alegres brillos... alegre recuerdo llega a las mesas cuando los comensales se van... por fin solos, esperando el ansiado encuentro pasa el tiempo que se vuelve aterno y aunque siguen esperando... así fue cuando se conocieron la sal y la pimienta...

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