Cosas que pasan.

Se siente tan bien… correr a través de las nubes, seguir pensando que tengo una ilusión. Cuando te veo revoloteando entre correos electrónicos la curiosidad le gana al pacto de no hablarte. Veo entre anuncios publicitarios el tipo de letra que te caracteriza… las palabras más hirientes, rencorosas y ofensivas. Los habitantes de mi cabeza deciden irse de vacaciones, ahora que los necesito tanto.

Fue así como llegué a este lugar, donde las sensaciones se pintan de azul coral número diez, donde llegas a ser tan creyente que no lo puedes creer, y no es un templo. La montaña anuncia la hora de arrepentirme de haberte conocido. Me pregunto qué vendrá mañana, aunque no lo sé, me queda enfrentar lo que sea con la frente en alto.

Ya no me importa lo que me digas, sé como eres y sólo te deseo lo mejor en tu vida.