Pequeños destellos de lucidez anuncian la hora de volver a lo cotidiano; no es que me haya salido del camino, sino que trato de ver otro lado a las cosas comunes. Aquellos objetos rutinarios que se convierten en lo más maravilloso, que danzan, que hablan y me dicen qué es lo que estoy haciendo.
La dulce melodía que envenena mis sentidos y los llevan hasta las copas de los árboles. En ese lugar mágico alcanzo a apreciar las torres del castillo de arcoiris. En ese castillo la reina de las hadas me bendijo un día con la belleza interna. Tengo que aclarar que todavía no se como usar eso, ya la estoy trabajando.
Al encontrar el lago de las risas recuerdo que lo simple no siempre es lo mejor. Caminar por el sendero de la felicidad no es fácil, hay obstáculos que debes vencer. Sólo falta algo… quien me acompañe, bueno no se puede tener todo el vida, esperare un poco más en el bosque de los sueños.
Sobrevivir comiendo las frutas sensanaturales será mi sino por ahora.
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