¿A quién le importa qué efectos tiene talar el árbol que está frente a tu casa? ¿A quién le importa destruir una playa con tal de generar empleos, riqueza y turismo? ¿A quién? Tal parece que a nosotros no, estamos tan ocupados en nosotros mismos que descuidamos lo que hacemos y las consecuencias que eso deja, estamos cavando nuestra propia tumba al destruir los pulmones de la tierra.
El medio ambiente en los últimos años, ha sido uno de los principales temas de los medios de comunicación, por su estrecha relación con la humanidad. En la actualidad, circula mucha información con respecto a la temática ambiental, por los efectos del hombre sobre el planeta. Uno de los efectos es el cambio climático, que muchas veces se confunde con el calentamiento global, que es el incremento de la temperatura del ambiente. El cambio climático va mucho más allá de un incremento en la temperatura, si bien son cambios en el clima, se pueden manifestar con el incremento o disminución drástica de la temperatura en un ecosistema.
La realidad es que siempre ha existido un calentamiento global, ejemplos encontramos en la aparición y desaparición de especies (como los dinosaurios) y las eras glaciares. Conocemos esos ejemplos gracias a las capas de los suelos y se puede asegurar que fueron consecuencia de un cambio en el clima. Entonces, ¿por qué se le da tanta importancia al llamado cambio climático en la actualidad?
¿Qué causa el cambio climático?
Con base en la teoría de Gaia, La Dra. en Oceanografía Costera Ana María Escofet nos dice que la tierra siempre ha tenido mecanismos de compensación… siempre se había tenido una coincidencia perfecta entre los niveles de dióxido de carbono (CO2) y temperatura. Es decir, si subían los niveles de CO2, subía la temperatura y si bajaba una, bajaba la otra. Según la doctora Escofet, desde que se inició el periodo industrial los niveles de CO2 comenzaron a subir de manera acelerada; pero la tierra no ha incrementado la temperatura que le corresponde. Entonces, o ya compensó los niveles de CO2, o lo que esperamos es el golpazo de cambio de temperatura, porque tendría que subir demasiado para compensar los niveles actuales de CO2.
Es por eso que este tema adquiere una gran relevancia, ya que tenemos que prepararnos para un cambio climático, un cambio drástico.
¿Por qué se da el cambio climático?
El cambio climático se da por el efecto invernadero, que es la absorción y devolución de los rayos solares. Sucede cuando los rayos del sol atraviesan a la atmósfera, se reflejan sobre la superficie y escapa hacia arriba; son absorbidos por los gases invernadero y son enviados de vuelta a la superficie. (Erickson, 1992) En otras palabras, al entrar y no poder salir, los rayos del sol ocasionan un incremento en la temperatura del ambiente, este incremento lleva a un cambio en el clima y pone a prueba la capacidad de adaptación de los seres vivos. Aunque en determinados ecosistemas incrementa la temperatura, en otros baja.
El efecto invernadero no lo es todo, el problema lo incrementa seriamente la deforestación de los bosques y selvas, la contaminación de los mares y la generación de toneladas de basura diarias.
Todo está conectado. Al incrementar los niveles de contaminación se crean más gases invernadero, como son el monóxido de carbono (CO), el dióxido de carbono (CO2), el metano, entre otros. Estos gases son los que absorben y reflejan la luz del sol hacia la superficie. Al contaminar los mares y talar árboles, el plancton y las plantas verdes no pueden convertir el CO2 en carbohidratos (hidratos de carbono) y en oxígeno. Con ello se incrementan los niveles de CO2 en la atmósfera.
Las consecuencias pueden ser catastróficas para nosotros, algunas ya son evidentes: el deshielo de los polos, el incremento de zonas desérticas, temperaturas extremas, cambio en las corrientes, enfermedades y fenómenos metereológicos más violentos, como los huracanes.
El llamado padre de las teorías del cambio climático, James Lovelock nos dice que la humanidad es como un gigantesco petrolero cuyo piloto se hubiera dormido durante la travesía y que ahora avistara, por fin despierto, los escollos contra los que se va a estrellar: es imposible detener el barco; sólo nos queda el sálvese quien pueda.
Así que si la humanidad intenta engañar a alguien, es a ella misma. ¿Qué es lo que se puede hacer? Podríamos irnos de la Tierra pero si no cambiamos nuestra mentalidad nos pasará lo mismo que al petrolero. Una verdad incómoda es que el cambio climático lleva las de ganar. Se han buscado alternativas por parte de diferentes países, para disminuir las emisiones de CO2 a la atmósfera, de combustibles derivados del petróleo con combustibles alternativos, como el Etanol. Sin embargo, la elección predilecta siempre será plantar un árbol.
¿Cuál es la situación de México en el cambio climático?
En México, se producen 512 millones de toneladas de CO2 al año, y aunque parece mucho, según el Instituto Politécnico Nacional sólo representa el 2% del dióxido de carbono mundial, en comparación a otros países como Estados Unidos que produce el 30% del CO2 mundial. Pero en México nos hace falta una cultura ecológica que respete a los demás seres vivos y a los pedazos de tierra de los que nos apropiamos.
Todo está conectado porque todo es un equilibrio. Una parte de la comunidad científica pone énfasis en que debe mejorar la legislación ambiental en cuanto a administración de recursos naturales compete. Otros ponen énfasis en la educación ambiental. El protocolo de Kyoto es un acuerdo de diferentes países para disminuir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero, es una medida de tantas que en México ya está en vigor.
Pero mientras discutimos sobre lo que es y lo que no es el cambio climático no hacemos nada, así que hay que abrir los ojos frente al tema, tenemos que evitar que nuestros hijos crezcan en una Tierra que pida a gritos que no la destruyamos.
¿Y a mí, cómo me afecta?
Los efectos del cambio climático cotidianamente se hacen presentes. Mientras que en un lado de la tierra el verano se vuelve más caliente y el invierno más frio, en otro lado, las lluvias no llegan en los meses que llegaban o llueve demasiado en meses que no debería llover. Además, no sólo en el clima podemos encontrar sus efectos.
El cambio climático también tiene repercusiones económicas. Según la Dra. en Economía Laura Beilis el cambio climático tiene dos repercusiones concretas uno, los cambios en los procesos de producción y de compromiso social, para un cambio en la generación de contaminantes, es decir que a lo interno de los grupos empresariales cambien sus procesos de producción, sus esquemas de compra, una mejor selección de proveedores y sobre todo, dirigirse a mercados que exijan el cuidado ambiental, a nivel amplio.
Es decir, que las empresas que contaminan deben aplicar cambios en su estructura, aceptando nuevas normas de calidad, seleccionando mejor los materiales con los cuales elaboran sus productos y dirigir sus productos a una sociedad que quiera cuidar el medio ambiente. Y la otra parte es que se continúe con el proceso de poco compromiso y que se siga considerando que crecimiento y desarrollo económico están peleados con cuidado ambiental.
Beilis hizo énfasis que a nivel mundial hay dos opciones, una que propone que las empresas pongan de su parte para mejorar el medio ambiente con productos que no contaminen y, por otro lado, que las empresas se sigan haciendo de la vista gorda y no hagan nada.
Para ello, Beilis subrayó que es necesario definir, en el caso de México a qué clase de economía quiere pertenecer a una que cree conciencia ambiental o a una que contamine.
¿Qué puedo hacer yo?
Desde la perspectiva que se vea, nosotros podemos hacer mucho para reducir el impacto del cambio climático. Podemos plantar más árboles, no generar tanta basura, recordar a las diferentes generaciones que los recursos naturales son finitos y los tenemos que cuidar.
Hay intentos muy buenos de empresas francesas por disminuir la generación de basura, como lo es la creación de plásticos de origen orgánico, también conocidos como “bioplásticos”, ello promete ser una de las alternativas para no generar tanta basura ya que son biodegradables.
Otra de las medidas tomadas ha sido implementar normas de calidad o el protocolo de Kyoto, sin embargo, la verdadera opción está en nosotros, en las acciones cotidianas, para después exigir cambios en las reglas, aunque también se puede hacer modificaciones en las empresas.
Pero, a pesar de las alternativas. ¿A quién le importa qué efectos tiene tirar basura en la calle? ¿A quién le importa que se destruyan bosques y selvas que están a kilómetros de distancia? ¿A quién? Tal parece que a nosotros no, estamos tan ocupados en nosotros mismos que descuidamos lo que hacemos y las consecuencias que esto deja.