Cuantas veces más las aceitunas me van a dejar hacer lo que debo. Tengo miedo, pero ya me di cuenta que no soy el único, verdaderamente me estoy quedando detrás. Me siento ajeno, como si este no fuera mi cuerpo, como si mis sueños no fueran míos, como si respirara a través de otro cuerpo y mis acciones las dictara un agente externo.
Me siento como un juguete, como un objeto al cual se le puede usar por un rato y después tirarse o dejarse en un rincón. Total, simplemente me quedaré esperando a no ser un juguete, no tengo de otra, ya llegara el indicado.
Emplumado ser de liquida fortaleza, llévame en tu manto morado que planta esperanza. Ilusiona a aquel que todo lo calma y deja que lo malos e vaya para renacer en uno mismo. Inmaculada luz dame de tu fruta para meterlas a mi lavadora y colgar licuados de alegría.
Quiero crecer y convertirme en una naranja y pasarme entre geranios para pronto crecer como un árbol protegiendo a los animales del bosque.
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