Cotidiano tal vez, cotidiano no sé. Miras como caen las gotas sobre la calle, como justificando tu tristeza. Los robles lloran su partida y los ríos llevan su maravillosa sonrisa, hasta donde tú te encuentras. Recorres sus playas imaginando su imperfección, cuando te topas con un arroyo seco. A lo lejos oyes risas y las sigues, ves un cerezo que se tambalea y su risa ensordece tu reflexión.
-¿Qué es lo que hace un cerezo en el desierto?- Piensas.
-Aquí nací, llevo toda mi vida en este arroyo. Llegué en una lancha y un viejo pescador me plantó aquí. A diario me regaba, pero ya hace dos lunas llenas que no viene, tengo frio y la brisa marina me impide crear mis frutos.-
- Pero… ¿Por qué ries?- Le preguntas.
- Rio porque me encuentro en lo que era un rio.-
Dices – ¡Estas loco!-
-No estoy loco, simplemente sé que soy parte de una parte que no es esta parte, ¿Entiendes?-
-No- Lo piensas pero tu expresión lo dice todo.
-Mira, no soy de por aquí, significa que soy de otra parte, porque los árboles que me rodean son muy diferentes a mí. Lo que no sé es de dónde soy ni qué soy…-
Lo interrumpes – Ah, tu eres un cerezo y vienes de una tierra muy lejana, hacia donde se pone el sol.-
-¡En serio! ¿Y me puedes llevar a ese lugar?-
-No, simplemente me quedaré observándote- Contestas.
-Oh, entonces dime cómo te llamas-
-Muy bien, me llamo “razón”-
Razón eres ser humano y si te quedas observando siempre veras pasar tu propia existencia.
-¿Qué es lo que hace un cerezo en el desierto?- Piensas.
-Aquí nací, llevo toda mi vida en este arroyo. Llegué en una lancha y un viejo pescador me plantó aquí. A diario me regaba, pero ya hace dos lunas llenas que no viene, tengo frio y la brisa marina me impide crear mis frutos.-
- Pero… ¿Por qué ries?- Le preguntas.
- Rio porque me encuentro en lo que era un rio.-
Dices – ¡Estas loco!-
-No estoy loco, simplemente sé que soy parte de una parte que no es esta parte, ¿Entiendes?-
-No- Lo piensas pero tu expresión lo dice todo.
-Mira, no soy de por aquí, significa que soy de otra parte, porque los árboles que me rodean son muy diferentes a mí. Lo que no sé es de dónde soy ni qué soy…-
Lo interrumpes – Ah, tu eres un cerezo y vienes de una tierra muy lejana, hacia donde se pone el sol.-
-¡En serio! ¿Y me puedes llevar a ese lugar?-
-No, simplemente me quedaré observándote- Contestas.
-Oh, entonces dime cómo te llamas-
-Muy bien, me llamo “razón”-
Razón eres ser humano y si te quedas observando siempre veras pasar tu propia existencia.