viernes, marzo 27

今日は...

Hoy más que nunca me quedé pensando en que falta poco para que los amaneceres nazcan desde una distancia lejana. un océano que nos separe... y yo aquí preocupado escribiéndote estas líneas que no te enviaré, porque de hacerlo, te darás cuenta que te extraño de cierta forma... muy personal deboa gregar... y me quedé pensándote, imaginando que te va de maravilla y salió esto:

Un dia como cualquiera, el sol brilla con todo su esplendor por entre las presianas (como saludándote), te levantas temprano (a pesar de que el sol ya está bien alto. Como no tienes nada que hacer te quedas tumbado sobre tu cama, con tu pijama naranja, boca arriba, estirando tu cuerpo relajado...

Te pones en pies pues te ha comenzado un dolorcito en la espalda, señal que ya era hora de que lo hicieras, y así comienza la rutina... meterse a la ducha, lavarse los dientes, desayunar, volverse a lavar los dientes y salir a esperar el autobus para ir a un lugar nuevo. Cierto, era algo que no sabias de ti mismo, te encanta subirte al autobus cuando no tienes nada que hacer para ir conociendo neuvos lugares...

Como es de costumbre, tanto recorrer la ciudad te ha dado algo de hambre, ves una calle empedrada, bastante rara para la pinta de la ciudad. Y tu sin saber que estabas entrando en el verdadero centro histórico de la ciudad.

Era una cuadra muy singular, visto desde arriba se vería cómo en un cuadro diferentes líneas diagonales de esquina a esquina y rectas de lado a lado se fundían al centro con una plaza. Tu entras por el lado sur, vas caminando por las calles, y conforme vas avanzando, la calle va tomando una pinta japonesa, ni tu mismo te la crees... un pedazo de Japón en esa parte de la ciudad... hasta te sonaba a mal chiste. Sigues caminando por la calle.

Llegas a la plaza, y es verdaderamente preciosa, en pleno centro de la plaza hay una gran fuente de tres niveles con muchos diseños incrustados... tiene peces y aves de diferentes especies, rostros de personas sonrientes con diferentes rasgos y edificios...casi cada uno de ellos en diferentes estilos y colores... toda una obra...

Sacas una cora para arrojarla a la fuente y te percatas que dentro de ella hay muchas monedas de diferentes paises... al ver un euro te sonries y levantas la vista... ¡en verdad no lo puedes creer! ves que cada una de las calles tiene una bandera, cada una de ellas te llama la atención, no hayas para donde voltear...

Decides dejárselo a la suerte, cierras los ojos y comienzas a dar vueltas, donde ya no puedas mas te detendrás y la calle que te quede en frente será la que recorrerás... pero tu estómago y tu nariz te traicionan... el dulce aroma de pan recien horneado te conducen hasta un local de comida en la calle nipona (curiosamente por donde has entrado).

Lo que has confundido con pan recien horneado no es más que unos ricos tallarines, el hambre te dices a ti mismo (por aquello de que te suene raro el que confundas el olor del pan con el de los tallarines). Te sientas a un lado de la ventana porque no quieres perder detalle de lo que sucede en la calle. Llega el mesero y te la la carta, está completamente en japonés... tu rostro le dice al mesero que no entiendes absolutamente de japonés y te va diciendo cada uno de los elementos que tiene los platillos que le señalas en el menú.

Al final te quedas con Yakitori como entrada (que te ha explicado que es una brocheta de pollo con verduras en una salsa un poco dulce), como plato fuerte un bowl de sukiyaki (una receta a base de cartes y verduras) y para tomar algo de agua con hielo... En lo que llega tu comida te quedas viendo como unos niños juegan con un listón amarrado a un palo por el empedrado...

vas caminando por la calle, ves un mercado, más locales de comida, gente gritando cosas en japonés, sonriendo y miras un local pequeño que parece una librería... un fuerte olor a incienso te persuade de entrar... asi que mejor sigues el caminom por aquella colorida calle... y has prometido volver a aquella plaza... donde los rincones con sorpresas te aguardan... porque todavía hay mucho que ver por aquellos pasillos...

どうもありがとうございます J.

P.D. Yo sé que lo va sa leer... jeje... y todavía le falta... saludos...

domingo, marzo 8

Abrazo lejano...

Las palabras me lo habían confirmado pero una parte de mi mente las negaba... lo tenía que ver... curiosamente fue uno de los mejores días que he tenido... muy buena compañía... gracias... pero al buscar en tu mirada, la señal daba algo que no veía... o no esperaba venir... sí, un sólo abrazo me bastó para darme cuenta que estaba en yerro...

Lo sentí tan distante... no como el primero... la verdad en el camino, además del sueño, me quedé pensando en que no debería sentirme mal... aunque si me entristesí un poco... y así me rendí... quedándome en aquel trayecto de trolley como un pasajero más... el sueño me vencía a ratos... pero llegué con bien a casa...

Recordaré lo maravilloso de este dia, lo demás ya no importa... pronto nos veremos... :)

Nuevos tiempos se avecinan...