viernes, octubre 20

Coloreándome.


Incursionándome en el camino de la suerte, mirando a través de la indiferencia del destino, sintiéndome parte de algo que me es ajeno, golpeando ilusiones que distorsionan la luz. Olores a madera y limón en una vela, colores que acarician mis ropas y las rasgan. Historias que se escriben solas, un cambio que inesperadamente entra en mi vida y uno que todavía no termina de cimentarse.

Fríos que en mi pastizal recorren los senderos de mi cuerpo. El pozo de la cordura me susurra al oído, una leve canción que apacigua y da sueño. Su conflicto es mi conflicto, ambos unidos en un desierto de cierto color. Acompañado de los coyotes, respiro ese nuevo aire que me eleva.

Nuevos horizontes, mares, actividades y miradas. Sonrisas que se van, unas regresarán otras no. Ideas, idóneas; sabores a piñón y a bellotas dulces. Piel desnuda cubierta de besos, la pregunta del siglo es: ¿De quién es esa piel?

No hay comentarios.: