miércoles, diciembre 6

Una vez en el mar


Mirar a través de tus ojos y encontrar calma, simplemente encontrar un poco de lo que mace falta, o quizá no. Estoy completamente confundido, no sé que hacer, si acercarme a ti o no, abrazarte y dejar que me purifiques o dejarme al temporal. Los libros vomitan ideas que enturbian mi memoria. Encontrar el punto máximo con mucho cuidado. Ir lentamente fundiendo dos almas.

Sólo falta un encuentro uno que defina si está bien o no, bueno si se da el encuentro entre las ostras y las algas, el mundo marino se estabilizará, el mar se clamará un poco y dejará que las ideas fluyan. Hacer que se desinfle un poco el pecho ya no más presión, no mas prisas, un poco mas de tiempo, sí, pero con calma.

No quiero apresurar nada, tal vez sólo sea una falsa alarma, no me ilusiono mucho, como casi siempre, mejor vamos a sentir la corriente en la piel, que nos lleve hasta aquel arrecife calmo y colorido. Que el sol a través de la superficie marina forme un mosaico el cual nos permanezca seguros.

Atravesar las ruinas para llegar al templo de la hermosura, a conseguir la tan preciada perla rosada, esa cosita que sostiene las mareas del mundo.

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