sábado, septiembre 27

Comiendome un mango...

Delicado su sabor... coqueteo nocturno de delicada textura. Dulce beso de sabor y sueños impregnados de árbol y tierra. Una delicada charla me enseña que hay gente en mi situación... en el olvido de un ser. Imaculada respiración lenta de calores en la penumbra, respira profundamente y desliza la cáscara, que tu lengua sienta su forma, textura y sabor...

Muérdelo para que conozcas su alma y su escencia... respira y vuelve a hacerlo hasta que te lo acabes...

Los mangos sólo se dejan comer cuando ya estan muy maduros, pero hay veces en que se pasan... o que lo verde te da chorro.

Imagina mi locura cotidiana al ver que la gente pasa y ni me ve... en cómo desperdicio mi tiempo haciendo nada...

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