martes, mayo 1

Soplando Ideas

Tenía mucho que no te escribía mi querido amigo, las ideas no fluyen como antes, no es porque mi capacidad se haya disminuido, sino porque ya no tengo musa. En un principio era fácil pensar en esa persona y dejar que las ideas fluyeran. Hoy el no encontrar musa, me trae paseando por las nubes. Cómo le haré para encontrar a alguien… sabes hace poco pensé que lo había encontrado por el bosque de las ilusiones…
Allí estaba, acostado en el suelo, parecía que los elementos le sonreían, los rayos del sol jugueteaban con su morena y tersa piel, el viento movía su cabello de color carbón, los árboles a su alrededor, le cantaban canciones de grandeza y la tierra se acomodaba para crear el suelo más fresco de la primavera.
En verdad que incitaba a la caricia, llamaba a la mirada y enloquecía el rostro. Me quedé tumbado observando, contemplaba sus delicados movimientos, su sonrisa y su mirada franca. Al levantarme para acercarme de dio cuanta que lo observaba y corrió a encontrarme.
Se quedó parado frente a mí, me observaba sonriendo, y yo sin poder decir nada, ese momento fue mágico, pero me duró poco el encanto, tan pronto el sol caía él desaparecía, dejándome solo. Por un momento me lamenté la partida, pero mi estupidez me hizo ver que la luna me observaba.
La luna, que en su tiempo fue mi musa, me vio molesto y solo… quería consolarme, pero no le hice mucho caso, la verdad la luna es medio puta y no se le va a quitar, así que mejor la dejo en su lugar.
Y así pasa mi amigo, entre pendejez e ilusiones, voy viviendo mi vida, pero de las musas nada. Saludos a la margarita franca, a la gata morada y a la calandria indecisa.

1 comentario:

Sonia Ló dijo...

pero nunca hay nada como que alguien te inspire
me guto especialmente este escrito
te puse en mis links
para asi vicitarte muy seguido
saludos!