jueves, agosto 2

Y las caracolas hablan...


Quién lo diría, se va la lechuza y ya no volverá, la margarita lo toma muy bien, a lo que me doy cuenta. La verdad a mi me preocupa un poco. Todo sea por mejorar, pero como no conozco qué es lo que piensa... Mendiga ave, la voy a extrañar tanto, ni siquiera me despedí como debía o como quisiera. A falta de lechuza le conté mis secretos a una caracola y la dejé sobre la playa... para que cuando alguien la levante para oir el mar oiga mis secretos y se ria un rato. Al paso que voy me voy a acabar las caracolas de toda la playa y no es que tenga muchos secretos. Mi obsesiva acción de contarle cosas a esas conchas radica en mi miedo a quedarme solo. Los secretos se me acabaron ahora hasta chistes les cuento... necesito un amigo... uno bueno... Aunque tengo amigos muy buenos no será lo mismo porque no conozco a nadie que se parezca a la mendiga lechuza, en fín me resignaré y mejor buscaré a un nuevo amigo, no que se le parezca... buscaré a uno... uno de entre tantos... y sigo pensando que me estoy quedando un poco solo...

1 comentario:

Unknown dijo...

Ahhhh! Me gustó mucho tu texto! Beshosh!