Nací en forma de capullo por los fríos días de enero. Conforme me formaba, me daba cuenta que estaba cambiando, pensaba diferente, mis colores también cambiaban, me estaba convirtiendo en una flor de choya… protegida por una escolta de espinas, maduraba y me convertía en una hermosa flor de color amarillo…
Cierto día, en el que la rutina de saludar al sol y esperar una oportunidad de enamorarme parecía lo más tedioso del mundo… entonces veo a la criatura mas hermosa que había visto antes, sus colores amarillo y negro, me observó con sus grandes ojos, sus antenas, su hermosa boca, me quedé totalmente sedado por tal belleza y le brindé de mi polen y mi amor. Todo pasó muy rápido, solamente querías satisfacer tu necesidad, y te fuiste. Solo y sin nada más que ofrecer fui muriendo poco a poco y en el que pensé que era mi último día de vida sucedió algo…
Me dolía todo mi cuerpo, mi cabeza, mi alma, sentía que estaba creciendo de nuevo y cada vez me sentía más y más grande. Por los calurosos días de junio mi crecimiento terminó, me he convertido en un fruto raro de color rojo, sí sigo protegido por la escolta de espinas, pero sé que me ayudaran a no entregar mi dulce sabor a cualquiera.
Ahora me encuentro contigo, pájaro coqueto que engalana el desierto y embellece el cielo, tu canto de multisonidos que me adormece, junto con tu mirada y tu sonrisa. Y aunque un simple “hola” me deje emocionado te aseguro que no será tan fácil…
Cierto día, en el que la rutina de saludar al sol y esperar una oportunidad de enamorarme parecía lo más tedioso del mundo… entonces veo a la criatura mas hermosa que había visto antes, sus colores amarillo y negro, me observó con sus grandes ojos, sus antenas, su hermosa boca, me quedé totalmente sedado por tal belleza y le brindé de mi polen y mi amor. Todo pasó muy rápido, solamente querías satisfacer tu necesidad, y te fuiste. Solo y sin nada más que ofrecer fui muriendo poco a poco y en el que pensé que era mi último día de vida sucedió algo…
Me dolía todo mi cuerpo, mi cabeza, mi alma, sentía que estaba creciendo de nuevo y cada vez me sentía más y más grande. Por los calurosos días de junio mi crecimiento terminó, me he convertido en un fruto raro de color rojo, sí sigo protegido por la escolta de espinas, pero sé que me ayudaran a no entregar mi dulce sabor a cualquiera.
Ahora me encuentro contigo, pájaro coqueto que engalana el desierto y embellece el cielo, tu canto de multisonidos que me adormece, junto con tu mirada y tu sonrisa. Y aunque un simple “hola” me deje emocionado te aseguro que no será tan fácil…
Continuará...
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